Cuando Pedro Tassinari, Ingeniero Químico graduado por la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo en 1950, vino a vivir a Orlândia – pequeña ciudad del interior de São Paulo – era para ser el ingeniero responsable apenas para la instalación de la Compañía Mogiana de Aceites Vegetales – la COMOVE.
Sin embargo, después de 4 años trabajando en COMOVE, adquiriendo experiencia, teniendo siempre un gran anhelo de tener su propio negocio y, por sobre todo, manteniendo siempre presente su espíritu emprendedor, no titubeó al constatar una expresiva demanda del mercado – los clavos.
De esta manera, fue fundada el 24 de diciembre de 1954, la FAPOL – Fábrica de Clavos (pregos) de Orlândia. En aquella época, la fábrica ocupaba dos inmuebles alquilados en el centro de la ciudad y empleaba apenas 12 empleados.
Una de las principales características de Morlan, desde su fundación, siempre ha sido la valorización del ser humano. Los empleados eran personas muy sencillas, acostumbradas a trabajar en la labranza y aprendían el oficio de fabricación de clavos a partir del momento en que comenzaban a trabajar en la industria, siempre con las orientaciones y auxilio del propio fundador de FAPOL.
Dichas personas, cuidaban de la producción y de la fábrica con una máxima atención y dedicación. Era común en aquella época, que en el período que comenzaba la zafra, algunos operarios renunciasen para volver a la labranza y la solución que FAPOL encontró para contornar este problema fue contratar personas conocidas de los demás empleados (amigos, hijos, hermanos, sobrinos) – personas de total confianza y que sabían ser personas idóneas, responsables y cuidadosas, sin interés en volver a la labranza.
Muchos de los empleados que vinieron a trabajar en la fábrica los primeros años desde su fundación están en Morlan hasta hoy, aún jubilados.
Era comum, naqueles dias, que no período em que começava a safra alguns operários se demitissem para voltar para a lavoura, e a solução que a FAPOL encontrou para contornar este problema foi contratar pessoas já conhecidas dos demais funcionários…
La búsqueda por progresos e innovaciones eran constantes. En poco tiempo surgían ideas y oportunidades que implicaban nuevas máquinas, nuevas etapas de beneficio, fabricación de nuevos productos, etc. y posteriormente el espacio disponible se volvió insuficiente, siendo preciso aumentar la fábrica para tener un depósito, un local de stock de materia prima, un lugar donde recibir máquinas nuevas, etc.
Y esto aconteció innúmerables veces hasta que, en la década del 70, Morlan compró un terreno de 365.000m² e inició la construcción de la nueva sede de la empresa (que hoy cuenta con 52.000m² de área construida) y la de un club destinado al ocio de sus empleados.
El proceso de cambio de domicilio comenzó en 1979 y demoró 2 años – todo esto para que la producción no sufriese ningún daño y los plazos de entrega no fuesen afectados.
Otros cambios también ocurrieron durante este período: el número de empleados creció mucho y varias inversiones fueron hechas en la calidad del proceso de producción, en la implementación de nuevas tecnologías, en la adquisición de máquinas modernas, en la inserción de nuevos productos y lógicamente en el control de calidad.
El punto de partida para tal avance ha sido cuando Morlan dejó de comprar el alambre listo para la fabricación de los clavos y comenzó a fomentar el alambrón, implementando los procesos de decapado, trefilado, recocido y posteriormente, el de galvanizado.
También, a lo largo de todos estos años, la Razón Social pasó por algunas alteraciones – fundada inicialmente como “Fapol – Fábrica de Pregos de Orlândia”, luego fue llamada de “Metalúrgica Orlândia S.A.”, seguidamente “Morlan Metalúrgica Orlândia S.A.” y finalmente “Morlan S.A.”- que es la razón social actual.
Con un gran aumento de producción y ventas para acompañar el ritmo del crecimiento de Morlan, en 1979, fue necesario tener una oficina en São Paulo – y que actualmente se localiza en el barrio Itaim-Bibi – para facilitar las operaciones de ventas y atender mejor a nuestros clientes. En la década del 80, con el inicio de la crisis económica que se abatió sobre Brasil, Morlan, demostrando garra, competencia y capacidad de superación, ajustó su presupuesto, inició las exportaciones y decidió diversificar su mix de productos. La producción que hasta entonces era básicamente destinada a la agropecuaria, comenzó a producir alambres de alto y medio tenor de carbono, destinado a atender clientes del área industrial. Ha sido un paso estratégico y extremamente importante.
Desde entonces, la exportación se consolidó en la empresa y la diversificación de productos no ha parado – enseguida vinieron las mallas soldadas para cercas, la banda colada para broches, las telas plásticas, los alambres revestidos de nylon, etc.
Hoy Morlan provee millares de toneladas de alambrón, emplea a más de 1.000 trabajadores y exporta sus productos a varios países de América del Norte, del Sur y Central, como también a Europa, África y Asia.